Justicia para los niños
La peor tragedia de los conflictos es que aquellos que son más vulnerables son finalmente quienes sufren sus peores consecuencias.
Los niños atrapados en la línea de fuego son asesinados, mutilados y violados. También son utilizados por los grupos armados como porteadores, soldados y combatientes de primera línea, son secuestrados como esclavos sexuales y forzados al matrimonio. Los niños son fácilmente presionados y manipulados para cometer crímenes graves, separándolos de sus familias y comunidades.
Enjuiciando los crímenes contra los niños ante la CPI
Al reconocer las atrocidades inimaginables que sufren los niños, el Estatuto de Roma de la CPI resalta la importancia de investigar y enjuiciar crímenes en contra o que afectan a los niños. Los crímenes graves en contra de niños expresados en el Estatuto de Roma incluyen el alistamiento y la utilización de niños menores de 15 como niños soldados, el tráfico como forma de esclavitud, el traslado forzado de niños, la persecución, los ataques en contra de edificios dedicados a la educación y los crímenes sexuales y de género.
El Plan Estratégico de 2016-2018 de la Fiscalía de la CPI centra particularmente su atención en los crímenes en contra de niños en todas las etapas de la investigación y enjuiciamiento. En 2016, la Fiscalía publicó un Documento de Política sobre Niños donde reafirma su compromiso con la inclusión de cargos por crímenes dirigidos contra los niños en sus casos, así como la necesidad de ser sensible en su propia interacción con niños.
La sociedad civil controla el trabajo de la CPI para asegurar que se respeten los derechos de los niños, particularmente cuando los niños son víctimas o testigos de los terribles crímenes que describe el Estatuto de Roma.
Para poder asegurar que la CPI sea una institución modelo en la forma de tratar atrocidades masivas en contra de niños es necesario una gran cooperación, recursos, la coordinación con ONG, la ONU, organizaciones regionales y organizaciones de desarrollo.
A pesar de que los juicios internacionales de los crímenes más graves en contra de niños llevan esperanza a las zonas de conflicto más vulnerables de todo el mundo, los Estados—quienes tienen la responsabilidad primaria de proteger a los niños—aún tienen mucho por hacer
Niños, no soldados
Cientos de miles de niños de todo el mundo—muchos de ellos de solo 8 años—son forzados a transformarse en soldados para servir a gobiernos y grupos armados paraestatales en conflictos de todo el mundo. Este problema de larga data es una fuente de conflicto en sí mismo. Este brutal crimen exacerba el devastador daño que ya sufren los niños durante las situaciones de conflictos armados, forzándolos a participar en actos de violencia inimaginables, robándoles su inocencia y su futuro, a ellos y a sus comunidades.
El alistamiento y reclutamiento de niños menores de quince años, o su utilización para participar activamente en las hostilidades son crímenes de guerra bajo el Estatuto de Roma de la CPI. El enjuiciamiento de crímenes de guerra por el uso de niños soldados ha sido central en la estrategia de la Fiscalía de la CPI en sus primeros juicios.
En 2012, durante el primer juicio y veredicto de la Corte, los jueces de la CPI declararon culpable al líder militar congolés Thomas Lubanga por el alistamiento y reclutamiento de niños menores de quince años y su utilización en las hostilidades en el este de la República Democrática del Congo (RDC) en 2002-03. En marzo de 2015, la Cámara de Apelaciones de la CPI definió cinco principios claves para las reparaciones. Los jueces decidieron que estas se otorgarían de forma colectiva dado el potencial número de víctimas que esperan para recibir beneficios, entre ellas, los ex-niños soldados reclutados por Lubanga. También estableció que todas las víctimas deben ser tratadas justa y equitativamente, que las reparaciones deben incluir la reintegración de niños soldados y ser inclusivas en materia de género.
En 2016, la Fiscalía acusó al comandante del Ejército de Resistencia del Señor (ERS) Dominic Ongwen de 70 cargos por crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra presuntamente cometidos en el norte de Uganda en 2002. Los cargos incluyeron el reclutamiento forzado y la utilización de niños soldados menores de quince años. Esto representa la primera vez que un antiguo niño soldado es juzgado en la CPI. Ongwen fue reclutado por el ERS cuando tenía alrededor de 10 años de edad.
Crímenes sexuales y de género contra niños
Los crímenes sexuales y por motivos de género, incluso aquellos en contra de niños, son utilizados como arma de guerra en conflictos de todo el mundo. El Estatuto de Roma es el primer tratado internacional en identificar detenidamente los crímenes sexuales y de género relacionados con los conflictos como crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y, en algunas instancias, genocidio.
Al investigar y enjuiciar de manera consistente todas las instancias de los CSG de acuerdo al Estatuto de Roma, la Fiscalía desempeña un importante papel a la hora de llevar justicia a las poblaciones de niños que más sufren estos terribles y escalofriantes crímenes.