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El nuevo juicio contra Katanga muestra el potencial de la RDC para juzgar complejos crímenes internacionales

Germain Katanga, un comandante de guerra condenado por la Corte Penal Internacional (CPI) por asesinatos y otros crímenes, pensó que se había librado de la prisión en enero, cuando cumplió su condena con la CPI, pero estaba equivocado. Había sido consideradoculpable por la CPI por cargos relacionados con el ataque de 2003 a la ciudad de Bogoro, al este de la provincia de Ituri en la República Democrática del Congo (RDC) – y había cumplido su condena a 12 años de cárcel en Kinshasa, a petición propia.

Pero las autoridades de la RDC, en vez de liberarlo, lo sometieron a otro juicio por nuevos cargos que aún no habían sido llevados ante la CPI. El desarrollo de los hechos representa no solo una novedad legal para la CPI si no que también supone un gran cambio en el sistema judicial de la RDC.

Cuando el Presidente Kabila pidió de forma voluntaria en 2003 a la Fiscalía de la CPI que examinase los crímenes de la RDC, indicó que las condiciones de los funcionarios de la RDC no permitían proceder a ello. ¿Indica entonces la decisión de mantener y enjuiciar a Katanga que estas condiciones han cambiado?

El proceso judicial en la RDC contra Katanga, el antiguo líder del Frente Patriótico de Ituri, exigió numerosas discusiones legales entre la CPI, la RDC y el equipo de defensa de Katanga. Cuando las autoridades de la RDC dejaron claro cuáles habían sido sus planes, Katanga apeló a la CPI para intentar bloquear el nuevo juicio partiendo de que el mismo iba en contra de las condiciones negociadas para su transferencia a la RDC.

Argumentó que la RDC quería llevarlo a juicio por el mismo “tipo” de crímenes por los que ya había sido condenado por la CPI. La CPI se pronunció dejando en claro que la RDC se refería a nuevos crímenes y que no era relevante que fuesen o no del mismo “tipo”.

Algunos se preguntarán si no es una jugada inteligente por parte de la RDC de hacer un uso efectivo de sus recursos limitados y procesar a alguien que ya ha sido juzgado y condenado, dada la cantidad de individuos a los que todavía no se ha procesado.

De hecho, hay varios casos acumulados ante los tribunales de la RDC, todos ellos relacionados con crímenes internacionales (crímenes de guerra, de lesa humanidad y genocidio). Ante la ausencia de datos oficiales, los sondeos han identificado que menos de la mitad de los 39 casos de crímenes internacionales llevados ante los tribunales en el este del país entre 2009–2014 han sido resueltos. La mayor parte de los crímenes internacionales ni siquiera se han presentado ante la justicia.

El magistrado presidente del Tribunal Supremo Militar de la RDC, el General Mayor Bivegete, comentó al International Center for Transitional Justice que la decisión de enjuiciar a Katanga subraya “la importancia de volver a centrar la primacía de la jurisdicción nacional para enjuiciar crímenes internacionales antes que el uso de la jurisdicción complementaria de la CPI. La cuestión no es debatir sobre le papel de la CPI al manejar este tipo de crímenes si no la responsabilidad de la RDC de enjuiciarlos.”

Estas son palabras muy significativas, no sólo para Katanga o para las víctimas de sus presuntos crímenes que no obtendrán justicia sin nuevos juicios: demuestran que se está llevando a cabo un cambio de mentalidad en el sistema judicial tal que hace diez años ni se hubiera podido pensar un acercamiento a un caso así y ahora tiene la confianza y la habilidad para hacerlo.

“Hasta la fecha, es una de las señales más claras de un sistema de justicia internacional maduro.”

La decisión de las autoridades de la RDC con respecto a Katanga no está relacionada con la idea de limitar el papel de la CPI o sobre la posible retirada de la RDC del Estatuto de Roma. Al contrario, es, hasta la fecha, una de las señales más claras  de un sistema de justicia internacional maduro en el que la CPI ha desempeñado un papel muy importante y constructivo empoderando a la RDC a reconocer y ejercer sus obligaciones y responsabilidades primarias.

Nada de esto significa que el sistema judicial de la RDC sea perfecto. Todavía hay muchos desafíos que solucionar. Por ejemplo, la mayoría de los casos relacionados con los crímenes internacionales se resuelven a través de la jurisdicción militar. Pero se están llevando a cabo numerosos cambios con el esfuerzo de las autoridades nacionales que tratan de mejorar la eficiencia de los enjuiciamientos de los crímenes internacionales a nivel nacional.

Por ejemplo, en un intento de resolver la acumulación de casos, y con la asistencia de la ICTJ, los magistrados en el este de la RDC han identificado casos prioritarios que deben ser juzgados en primer lugar, en base a la gravedad de los crímenes, el número de víctimas afectadas y su vulnerabilidad, y el impacto de los crímenes en sus respectivas comunidades. El proceso de priorización estuvo liderado por representantes de las autoridades militares judiciales de mayor rango del país y hace poco fue respaldado por el Ministro de Justicia de la RDC. Esta priorización ha agilizado el proceso, permitiendo de nuevo a las autoridades nacionales hacer frente al problema, en vez de tener que ceder la solución del mismo a otros organismos externos como la MONUSCO—la Misión de la ONU en la RDC. Además este proceso ha traído consigo una mayor implicación de los magistrados, permitiéndoles tener una mejor perspectiva de las investigaciones y los juicios pendientes.

El juicio de la RDC a Katanga se desarrollará con todas las garantías legales y judiciales—como debería ocurrir en todos los juicios. El cambio de actitud del gobierno de la RDC, que pretende llevar a cabo sus propios enjuiciamientos y procesos judiciales, y los pasos que se han seguido para reducir la carga de trabajo y la priorización de los casos llevan todos una misma y correcta dirección.

Algunos pensarán que ha sido mucho el tiempo esperado por las víctimas para lograr justicia. Los cargos por los que se acusa hoy a Katanga se basan en hechos cometidos hace diez años. Otros pensarán que debido a este retraso se les ha denegado la justicia a las víctimas. Pero hay que tener en cuenta la falta de recursos y la fragilidad de la RDC hace diez años, estos avances son un símbolo de los progresos que se han hecho. Además, en ocasiones, no es prudente o aconsejable tratar de procesar a los responsables de este tipo de hechos inmediatamente después de haberlos cometido. Un cierto retraso puede ser de hecho una forma efectiva de garantizar verdadera justicia.

Es justamente procesando casos de forma creíble como los tribunales nacionales e internacionales cambian actitudes y mentalidades y definen las conductas que no son admisibles. El enjuiciamiento de Katanga en la RDC es un nuevo avance muy celebrado en ese camino de la persuasión.

Paul Seils es Vicepresidente del International Centre for Transitional Justice, y ex Jefe del equipo de Análisis de Situaciones en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.

Myriam Raymond-Jetté es Oficial de Justicia Penal en el Programa de la RDC de la ICTJ.

Este artículo se publicó por primera vez en Open Democracy