Sin inmunidad

"El presente Estatuto será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el cargo oficial." - Artículo 27 del Estatuto de Roma

Los trágicos acontecimientos del siglo XX han demostrado que la inmunidad de la que gozan los dirigentes mundiales les lleva a cometer los crímenes más atroces justamente porque saben que pueden actuar con impunidad. El Estatuto de Roma es el desarrollo más importante de la historia para frenar este abuso de poder sin control.

Líderes pasados ​​y presentes, como el fallecido Muammar Gaddafi de Libia, el sudanés Omar Al-Bashir, Laurent Gbagbo, de Costa de Marfil y Uhuru Kenyatta de Kenia, han sido objeto de un escrutinio en la CPI.

Sin embargo, después de ver que ya no tienen vía libre para actuar con impunidad, algunos líderes mundiales están tratando de reescribir la historia en su propio beneficio.

 

La sociedad civil trabaja para defender la integridad del Estatuto de Roma y luchar contra la impunidad de todos los responsables de crímenes graves, sin importar su rango o su puesto.

La Coalición es un firme defensor del Estatuto de Roma, que defiende ante todo el principio de igualdad de los individuos, que aplica indistintamente a género, edad, raza, color, idioma, religión, origen, riqueza, nacimiento u otra condición.

La igualdad ante la ley y la individualidad van al centro de la responsabilidad penal internacional y la naturaleza misma de la reparación que pueden obtener las víctimas en la CPI.

Defendiendo la integridad del Estatuto de Roma

El Estatuto de Roma de la CPI elimina expresamente las inmunidades de los funcionarios estatales, incluidos los jefes de Estado o de gobierno. El artículo 27 del Estatuto de Roma declara inequívocamente que la capacidad oficial no excluye la responsabilidad penal por crímenes internacionales bajo su jurisdicción.

Al firmar el Estatuto de Roma, los Estados Partes han renunciado a las inmunidades a sus jefes de Estado u otros funcionarios estatales. A nivel nacional, muchos Estados miembros de la CPI han excluido de su legislación interna las inmunidades de los jefes de Estado o de los funcionarios gubernamentales por crímenes internacionales.

La Coalición se opone firmemente a cualquier propuesta de los Estados que socaven fundamentalmente la integridad del Estatuto de Roma y de la CPI, incluidas las enmiendas para conferir inmunidad al gobierno y a altos funcionarios.

Tales inmunidades permitirían la posibilidad real de que aquellos que ejercen el mayor poder e influencia sobre el aparato y la población de un Estado puedan cometer crímenes con impunidad, al tiempo que constituyen un incentivo para que aquellos que cometen los crímenes más graves puedan afianzar su poder para evitar responsabilidades futuras.

Todos los Estados miembros de la CPI deben ponerse de pie y defender la integridad del Estatuto.

Lea másLea menos

La erosión de las inmunidades para los líderes de Estado

Hasta la Segunda Guerra Mundial, los jefes de Estado fueron inmunes a la persecución penal internacional, ya que se decía que encarnaban el Estado soberano inviolable. Desde entonces, la ley y la práctica de varios tribunales penales internacionales han codificado el entendimiento de que los crímenes graves son cometidos por individuos y disipan la idea de que la responsabilidad personal puede ser evitada reclamando protección ofrecida por la idea abstracta de actuar como Estado.

Fue la escala y la planificación detrás de las atrocidades alemanas de 1939-45 lo que llevó a los aliados a procesar a los dirigentes nazis al finalizar la guerra. Los juicios en Nuremberg impulsaron el movimiento de justicia internacional que conocemos hoy. Sin embargo, no fue sino hasta el final de la Guerra Fría que la idea ganó más fuerza. En la década del 90, los conflictos en Yugoslavia, Ruanda y Sierra Leona generaron que las Naciones Unidas (ONU) crearan tribunales temporales para procesar a los mayores responsables, entre ellos, líderes como Slobodan Milosevic y Charles Taylor. Estos esfuerzos consolidaron aún más el principio de irrelevancia de la capacidad oficial en los crímenes graves en virtud del derecho internacional.

Lea másLea menos

La CPI y el Estatuto de Roma rechazan la inmunidad de forma definitiva

En 1998, cuando se adoptó el ER sin inmunidades que estableció  la CPI permanente, existió un rechazo definitivo de la comunidad internacional defendiendo la paradoja de que la responsabilidad legal debe ser mínima cuando el poder es total.

En 2011, una sala de cuestiones preliminares de la CPI expresó que “el principio en el derecho internacional es que la inmunidad tanto de ex jefes de Estado o jefes de Estado en ejercicio no puede ser invocado para esquivar un proceso de una corte internacional.”

Los jueces notaron que la inmunidad de los jefes de Estado ante las cortes internacionales fue rechazada una y otra vez, y enfatizaron que la acción de iniciar procesos internacionales contra líderes de Estados ha ganado un reconocimiento generalizado como una práctica aceptada.

Por otro lado, una decisión crucial de 2002 de la Corte Internacional de Justicia rechazó específicamente el concepto de inmunidad para los líderes de Estados, en ejercicio o no, ante las cortes internacionales.

La responsabilidad penal ante la CPI debe ser aplicada con igualdad a todas las personas sin distinción sin importar si él o ella es un líder de Estado o gobierno, un miembro de un gobierno o parlamento, un representante electo o un funcionario de gobierno. Ningún título oficial constituye una base para la reducción de la sentencia.

Sin embargo, la CPI no cuenta con una fuerza independiente capaz de arrestar por esto depende de la intención de los Estados a la hora de arrestar y transferir personas buscadas. Desafortunadamente, la falta de cooperación de los Estados sigue siendo un obstáculo en relación a la no inmunidad.

Un ejemplo de la complejidad de esta cuestión es el caso del presidente sudanés Omar al-Bashir. En marzo de 2009, la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI emitió una primera orden de arresto contra al-Bashir por crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra que fue inútil. Al-Bashir sigue realizando visitas diplomáticas en todo el mundo, a pesar de que sus viajes hayan sido sustancialmente limitados.

Lea másLea menos